La
castañuela es un artilugio de hierro cuya función era el agarre de los bloques
de piedra para elevarlos y colocarlos en su lugar de destino dentro de la obra.
Los
romanos llamaban a este artilugio holivela
o lupa (loba).
La
castañuela está compuesta de por tres piezas de hierro, una central y dos
laterales en forma de cuña. Las tres piezas están unidas por un pasador y
forman una especie de cola de milano. Al bloque de piedra se le hace una caja
interna en la cara en la que se va alojar la castañuela. Se introducen las dos
piezas laterales y luego la central, se unen con el pasador y ya está listo
para ser elevado con la grúa.
El
hueco o caja donde se aloja la castañuela suele estar en la cara que mira al
cielo con lo que las caras laterales de los sillares no tienen ninguna marca
que afee su estética como ocurre con los huecos que hay que labrar para el uso
de las pinzas o tenazas. En el acueducto de Segovia y en muchas construcciones
romanas son visibles los huecos de agarre de las tenazas.
Las
columnas cuyo fuste está construido por varios tambores utilizaban la
castañuela para su colocación, incluso para elevar el fuste cuando era de una
sola pieza. También se utilizaba para poner los capiteles y otros elementos
delicados de la construcción.
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